Los ricos se hicieron más ricos con la pandemia, y los pobres más pobres

 

Rubén Alexis Hernández

 

Aunque cueste creerlo, en plena crisis mundial derivada de la pandemia por COVID-19, caracterizada por el aumento notable del desempleo, de la pobreza y de la miseria, los personajes más ricos del mundo se han enriquecido aún más. Ahora bien, en realidad no se trata de algo casual, considerando, por ejemplo, que algunos de los mayores aumentos en las fortunas fueron conseguidos por individuos vinculados directamente con los sectores farmacéutico y tecnológico-informático-comunicacionales, beneficiados con la elaboración de “vacunas y medicamentos” anticovid y con el avance de la digitalización de la sociedad, respectivamente. Además, esos superricos estuvieron involucrados con el origen y la diseminación global de la infección por el coronavirus, a sabiendas que serían beneficiados de diversas maneras gracias al manejo gubernamental de la pandemia. Son los globalistas a la cabeza de la corporocracia digital totalitaria en vías de consolidación.

 

A continuación, el extracto de un texto de la periodista estadounidense Amy Goodman, autora de la columna Democracy Now, en el que se hace referencia al aumento relevante de las fortunas de una minoría y a la disminución notable de los ingresos de la gran mayoría, en plena pandemia por COVID-19:

 

“La organización Oxfam informó esta semana que los diez hombres más ricos del mundo duplicaron su riqueza durante la pandemia —de 700 mil millones a 1,5 billones de dólares—. mientras que los ingresos del 99% de la población mundial disminuyeron. La organización declaró al respecto: ‘Las crecientes desigualdades económicas, de género y raciales, así como la inequidad que existe entre países, están destrozando nuestro mundo’. Mientras tanto, la asamblea anual del Foro Económico Mundial, que suele celebrarse en la ciudad de Davos, se está llevando a cabo de forma virtual por segundo año consecutivo debido a la pandemia. Los millonarios y multimillonarios son tradicionalmente invitados a la conferencia de Davos para que aporten sus ideas y reflexiones sobre los problemas actuales, desde el cambio climático catastrófico hasta la COVID-19. Más allá de lo que se debate en este cenáculo virtual, Oxfam señala que, en el mundo real, la desigualdad mata a una persona cada cuatro segundos.

 

La desigualdad económica también asola a Estados Unidos. El obispo William Barber (…) ha consolidado el legado de Martin Luther King durante años y afirma que el camino hacia un cambio progresista radica en organizar a las personas pobres y de bajos recursos. Barber yuxtapone la rápida aprobación en el Congreso de los paquetes de ayuda económica por el coronavirus favorables a las empresas con el reciente fracaso en la aprobación del plan de gastos públicos Reconstruir Mejor y los proyectos de ley sobre el derecho al voto:

 

‘Cuando se trata de las empresas, obtienen todo lo que piden. Querían cuatro o cinco billones de dólares, y obtuvieron cuatro o cinco billones de dólares. Los multimillonarios ganaron dos billones de dólares en los primeros 20 meses de la pandemia del coronavirus y continúan aumentando sus fortunas. Cuando se trata de temas como la pobreza y el derecho al voto, en primer lugar, bifurcamos esos temas de una forma en que las fuerzas opresoras nunca los bifurcan. Luego, hacemos concesiones una y otra vez en lugar de pelear [por lo que reclamamos]. A la larga, si no tenemos cuidado, será como si Frederick Douglass, en su lucha contra la esclavitud, se hubiera conformado con tener solo un fin de semana largo en lugar de la emancipación y la libertad definitivas’.

 

La pandemia de COVID-19 ha profundizado la desigualdad a escala global (…)-

 

Las ganancias que producen las vacunas han generado al menos nueve nuevos multimillonarios vinculados a las empresas Moderna y BioNTech, así como también a la farmacéutica china CanSino. Estas personas suman entre ellas una nueva riqueza de más de 19.000 millones de dólares, según la Alianza Vacuna para el Pueblo. Otros ocho multimillonarios que invirtieron en estas corporaciones también obtuvieron una fortuna extra combinada de 32.000 millones de dólares. Según Oxfam, las empresas Pfizer-BioNTech y Moderna —o’NIH-Moderna’, como la denomina Public Citizen— ganan 1.000 dólares por segundo (…)”.

 

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