Pandemia por coronavirus y nuevo orden tributario
Rubén
Alexis Hernández
En
medio de las nefastas consecuencias socioeconómicas derivadas de la pandemia
por COVID-19 y su manejo malintencionado por parte de las élites, no podían
faltar las medidas gubernamentales en materia tributaria, necesarias según el
punto de vista capitalista y supuestamente favorables en parte a los
necesitados. Ciertos impuestos fueron reducidos, otros fueron aumentados y
algunos fueron eliminados de forma temporal; no obstante, lo que se viene en el
ámbito tributario luego de cierta recuperación macroeconómica, enmarcado en el
nuevo orden mundial, no será nada positivo para la mayoría de la humanidad.
Estamos a las puertas de un nuevo orden tributario global, en consonancia con
la corporocracia criminal que pretende consolidarse, y por tanto favorable a la
preservación de la misma.
Dicho nuevo orden tributario se caracterizará, a grandes rasgos, por: 1) La creciente digitalización (obligatoria) de todos los procesos (desde la facturación y transmisión de datos); 2) un aumento general y progresivo de las tasas y montos impositivos, que sin duda alguna mejorará los ingresos estatales (recaudación fiscal) e irónicamente beneficiará al gran capital, cuyos propietarios harán que consumidores y usuarios finales sean quienes paguen con creces los impuestos exigidos a las corporaciones; 3) la aplicación de irracionales sanciones y multas a quienes no puedan cumplir con las obligaciones y los procedimientos establecidos por los órganos encargados de la recaudación y administración de los impuestos.
A continuación,
algunas de las particularidades tributarias en el contexto del nuevo orden impositivo
mundial que se aproxima, claramente negativo para la mayoría empobrecida y para
los propietarios de pequeñas empresas formales y trabajadores informales:
1. Aumento
del IVA.
2. Subida
del impuesto sobre la renta.
3. Elevación
del impuesto a las propiedades.
4. Imposición
de tributos globales a los negocios digitales en plena sociedad
virtual-cibernética, incluso a aquellos que no produzcan ingresos elevados.
5. Implantación
de tributos especiales a personas naturales. Ridículos para los adinerados,
pero duros para los ciudadanos asalariados.
6. Proyección
de impuestos a la economía informal, a la que cada día se suman más personas
desechadas por el sector formal público y por el privado.
Evidentemente el nuevo orden tributario global generará reacciones sociales en distintos puntos de la Tierra, donde centenares de millones se han visto afectados notablemente por el manejo gubernamental perverso de la emergencia sanitaria, y a quienes irá peor de llegar a concretarse una especie de sistema mundial impositivo (interconectado), controlado por el Estado digital-totalitario proyectado por los globalistas a la cabeza del nuevo orden.
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