El sionismo: una de las peores aberraciones de la historia
Rubén
Alexis Hernández
De
nueva cuenta el Estado terrorista de Israel está masacrando palestinos (mayo de
2021), sin importar si son niños, mujeres, ancianos y discapacitados. Una nueva
arremetida del sionismo en plena pandemia de COVID-19, avanzando en sus perversos
planes de controlar progresivamente el territorio palestino y profundizar el
‘apartheid’ socioterritorial. Y tristemente no hay quien pueda o quiera detener
a los asesinos israelíes, más allá de las innumerables críticas por parte de la
dirigencia de muchos países y de organismos de derechos humanos, tal como Human
Rights Watch. Más aún, la mismísima ONU ha emitido en varias ocasiones sendas
resoluciones condenando la violencia ejercida por el Estado de Israel contra
los palestinos y la ocupación de sus territorios, pero bien sabemos que es
letra muerta en la realidad; esta organización se encuentra evidentemente al
servicio de Estados Unidos y sus aliados, entre los que por supuesto se incluye
Israel.
En
verdad el sionismo ha sido una de las peores aberraciones de la historia,
responsable directa e indirectamente de millones de muertes en todos los
rincones del planeta con su participación de una u otra forma en numerosos
conflictos militares, defendiendo sus intereses económicos (sobre todo
financieros) y geopolíticos en el mundo, de la mano con Estados Unidos y otros
aliados de todos los continentes. Está claro, por ejemplo, que el lobby
sionista-estadounidense ha estado metido hasta los tuétanos en cuanta guerra ha
habido en el Cercano y Medio Oriente en las últimas siete décadas, generando
una enorme destrucción material y un trágico saldo humano, supuestamente como
respuesta a la hostilidad de diversas naciones vecinas contra Israel.
Hostilidad
que, si bien ha existido en cierta medida, no ha sido el verdadero motor de la
violencia del sionismo y del país “judío” contra las naciones a su alrededor,
sino la lucha por el control de recursos energéticos, minerales y combustibles,
y por mantener el dominio geoestratégico de la región junto con Estados Unidos
y algunos de sus socios, buscando en parte contener la creciente influencia
allí de China, Rusia, Irán y Turquía. Es importante considerar aquí el caso de
las reservas de gas, abundantes en el mar a lo largo de la franja de Gaza,
razón de peso para las masacres sistemáticas de palestinos por parte del Estado
terrorista de Israel y la ocupación progresiva de las tierras de los primeros: “Gaza
Marine gas field is located 30km off the coast of the Gaza Strip, in the
eastern Mediterranean Sea. It lies at a water depth of 603m. The development of
the Gaza field has been on hold for several years due to disputes between
Israel and the Palestinians” https://www.offshore-technology.com/projects/gaza-marine-gas-field/
El
Estado sionista de Israel, así como otras entidades político-territoriales
poderosas durante la historia, no ha derramado sangre por motivos románticos
como la defensa de la paz, de la libertad y de otros principios y valores, sino
por razones pragmáticas y egoístas, básicamente económicas. Por desgracia, los
palestinos “se cruzaron” en el camino de la élite israelí, que cada vez que lo
ha considerado necesario, ha ordenado el empleo de la fuerza extrema, sin tener
consideración para con niños, mujeres, ancianos y discapacitados, asesinados a
menudo. De manera que las lacras sionistas actúan con total saña e impunidad
contra los palestinos y lo continuarán haciendo (a menos que ocurra algo
extraordinario que lo evite), importándoles un comino las críticas y condenas
internacionales, en parte porque cuentan con aliados que cubren sus espaldas
por cuestiones económicas, geopolíticas y geoestratégicas, para quienes la vida
de las personas comunes vale prácticamente nada en comparación con los
intereses materiales en juego.
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