El director de la OMS es un delincuente en toda la extensión de la palabra
Rubén
Alexis Hernández
El
director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus,
tristemente célebre por su manejo de la infección por el nuevo coronavirus (COVID-19), desde el origen hasta la
diseminación global de la enfermedad, no solo ha sido responsable en buena
medida de las nefastas consecuencias socioeconómicas y de otras índoles,
derivadas de la aplicación de medidas gubernamentales draconianas en el marco
de la emergencia sanitaria en curso, sino que ha estado involucrado en diversos
asuntos oscuros, incluso en el ámbito bélico. En este sentido cabe destacar la
participación directa de Tedros, nacido en Etiopía (de la etnia Tigray), en el
actual conflicto civil que azota a esa nación del Cuerno de África. De hecho,
Tedros es nada más y nada menos que un contrabandista de armas destinadas al
Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, fuerza político-militar apoyada por
Estados Unidos y otros actores poderosos para buscar la separación de Etiopía:
“Ante
la epidemia de Covid-19, la Comisión Nacional Electoral etíope pospuso las
elecciones legislativas que estaban previstas para septiembre de 2020. Pero el
Frente de Liberación del Pueblo de Tigray –principal fuerza política de esa
región– decidió organizar las elecciones en esa parte del país, en una
iniciativa claramente secesionista. El gobierno federal, lógicamente, no
reconoció esas elecciones. Así se abrió la guerra civil.
Etiopía
cuenta 110 millones de habitantes y la población de Tigray es de 7 millones.
En
un año, funcionarios del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT) y
otros funcionarios del gobierno federal etíope cometieron crímenes de guerra
sin que haya sido posible determinar con precisión si lo hicieron por propia
iniciativa o por instrucciones de sus superiores –en este último caso serían
calificados como «crímenes contra la humanidad». El resultado es que las
zonas asoladas por la hambruna siguen creciendo y las masacres se multiplican.
Como
siempre, cada bando atribuye los crímenes al otro, olvidando que otros actores
pueden haber desempeñado un papel en los hechos. Pero si nos preguntamos
quién se beneficia con el crimen habría que responder: Aquellos que esperan
dividir todavía más el país.
Después
de haber destruido los Estados en los países del Medio Oriente ampliado, el
Pentágono está tratando de aplicar la misma estrategia en el Cuerno de África.
Ya vimos la destrucción de Sudán, país dividido en dos con la separación de
Sudán del Sur en 2011, y la de Etiopía, también dividida en 1993 con la
separación de Eritrea. Tanto Sudán como Etiopía se ven hoy inmersos en nuevas
guerras civiles tendientes a dividirlos nuevamente (…)
El
FLPT dispone de gran cantidad de armamento, que parece obtenido –desde Suiza–
por el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros
Ghebreyesus, miembro de la etnia tigray (…)” https://www.voltairenet.org/article214716.html
Como
se aprecia, el director de la OMS, al servicio de las élites, es un delincuente
en toda la extensión de la palabra. Tanto por su responsabilidad al frente de
la “lucha” contra la pandemia por COVID-19, como por su participación directa en la guerra
civil de Etiopía y en otros asuntos oscuros, Tedros es culpable de una serie de
delitos contra la humanidad, desde crímenes “sanitarios” masivos y violaciones
de derechos humanos y libertades hasta crímenes de guerra.
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