El certificado de información sobre la infección por el nuevo coronavirus: herramienta de control y desmovilización social
Rubén Alexis Hernández
Otra
de las medidas controversiales ejecutadas por los Gobiernos en el marco de la
pandemia por COVID-19, ha sido la de exigir a millones y millones de
ciudadanos, incluso fuera de la Unión Europea (donde se empezó a aplicar
masivamente), el certificado de información sobre la enfermedad, en el que se
destaca, entre otros aspectos, lo relativo a la vacunación. Certificado exigido
no solo para la circulación territorial en un número cada vez mayor de naciones,
sino para acudir a lugares donde se concentra cierta cantidad de gente, como
restaurantes, gimnasios, bares, estadios, cines y teatros; se trata, en
consecuencia, de una medida draconiana por excluyente, discriminatoria e
inconstitucional, en el marco del progresivo control social (fragmentación del
tejido social y desarticulación de las interrelaciones) y de los crecientes
esfuerzos por desmovilizar a la población cortesía de los Estados y las
legislaciones cada vez más totalitarias.
Por
fortuna se han dado importantes protestas contra la situación anómala señalada
en el párrafo anterior, en las que se ha atacado el proceso de vacunación, por
ejemplo, el cual ha demostrado ser ineficaz e inseguro en buena medida:
“Decenas
de miles de personas se manifestaron el sábado en Francia, Italia y Australia
contra las nuevas restricciones sanitarias, que buscan acelerar la vacunación
contra el covid-19 y frenar a la variante Delta, que llegaron a tachar de
‘totalitarias’.
Con
gritos de ‘Libertad, libertad’, más de 160.000 personas, al menos 11.000 en
París, protestaron contra el uso del pasaporte sanitario en numerosas
actividades y la vacunación obligatoria para varias profesiones, como el
personal médico o los camareros.
‘No
me pondré la inyección’, aseguró Sandra, una enfermera de 49 años, presente en
la manifestación de Marsella, donde participaron más de 4.000 personas.
‘Nuestro
país se está volviendo totalitario’, añadió Jean-Claude Dib, de 71 años, un
camionero jubilado que también participó en la concentración en esta localidad
del sudeste de Francia.
En
París, una manifestación de ‘chalecos amarillos’, la revuelta que sacudió el
país durante el invierno de 2018-2019, empezó en la plaza de la Bastilla y
estuvo marcada por incidentes esporádicos entre manifestantes y policías. Nueve
personas fueron detenidas, según el Ministerio del Interior” https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/07-24-2021-protestas-en-europa-y-australia-contra-pasaporte-covid
Véase por donde se vea, el famoso certificado de información sobre COVID-19 es una clara herramienta de control y desmovilización social, de evidente utilidad en el contexto de la construcción del nuevo orden mundial corporocrático-tiránico, cuyos autores intelectuales y principales beneficiados, necesitan de una ciudadanía cada vez más sometida e incapaz de reaccionar masiva y contundentemente contra la enorme exclusión y desigualdad generadas por el Gobierno de las grandes empresas globales, en vías de consolidación.
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