El autoatentado de Iván Duque como excusa
Rubén
Alexis Hernández
El
reciente ataque contra el helicóptero en el que viajaba el presidente
colombiano y una comitiva, ha dado pie para todo tipo de comentarios y
explicaciones al respecto. De entrada la posibilidad de que haya sido un
autoatentado es bien alta, considerando, por ejemplo, que el poder siempre se
ha valido no sólo de la existencia de enemigos verdaderos para afianzar su
dominio en distintos ámbitos político-territoriales (internos y externos) y
justificar el control social, la violación abierta de los derechos humanos, la
limitación de las libertades, los elevados gastos en armamentos y las
agresiones militares internacionales, sino de la presencia de contrarios y amenazas irreales, controlados y a la medida,
apoyados de forma encubierta por el mismo Statu Quo. Se hace referencia aquí al enemigo necesario, útil de diversas
maneras para los Gobiernos y las élites, como en el caso de los paramilitares y
otros grupos irregulares en Colombia, aparentemente denunciados por el Estado
colombiano como delincuentes de alta peligrosidad, pero que en realidad han
colaborado con las fuerzas armadas regulares en todo tipo de desmanes y
tropelías en favor de la minoría dominante.
En
el marco de la pandemia por COVID-19 y sus terribles consecuencias económicas,
de la prolongada insurrección civil colombiana y de la creciente conflictividad
de Colombia con Venezuela como parte de las intenciones de Estados Unidos de
arrastrar a medio mundo a una contienda bélica, cae como anillo al dedo
lo ocurrido a Iván Duque y su comitiva, y por supuesto no sería descabellado
que el “atentado” haya sido planificado por la misma administración y ejecutado
por irregulares. Para un sujeto como Duque, delincuente por estar vinculado con
el narcotráfico y el paramilitarismo, representa otra excusa para continuar con
la brutal represión de los oprimidos en Colombia, y seguir asesinando, desapareciendo
y torturando a numerosos ciudadanos comunes en nombre de la defensa de la
democracia y de la libertad, y de la lucha contra el terrorismo y otras
actividades delincuenciales. Y también sería de utilidad para la escalada de la
violencia estatal colombiana contra Venezuela, teniendo en cuenta que desde
Bogotá se ha acusado continuamente de terrorista y/o protectora de terroristas a
la administración de Maduro, y no sorprendería para nada que se
responsabilizara a ésta de participar de manera directa en el evento contra
Duque y su comitiva., llevado a cabo justamente en el departamento Norte de Santander,
en plena frontera colombo-venezolana:
“Este
sábado, la Policía informó el hallazgo de dos fusiles en el barrio La
Conquista, desde donde se produjeron los disparos contra la aeronave
presidencial. Se trata de un AK-47 y un 7-62 con marcas de las Fuerzas Armadas
de Venezuela, cinco proveedores y 20 vainillas, de acuerdo con el director de
la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas” https://elpais.com/internacional/2021-06-25/atacado-el-helicoptero-en-el-que-viajaba-el-presidente-de-colombia-ivan-duque.html
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